No hace falta pregonar las Fiestas del Cristo de La Laguna; hay que pregonar y dar a conocer lo que La Laguna significa en el contexto general de las Islas.
Las Fiestas del Santísimo Cristo están en la entraña de la Ciudad; son el centro de muchas encrucijadas donde convergen la historia, la tradición, la alegria, los recuerdos, la fé, la esperanza, el amor, y asi como se sabe que todos los caminos llevan a Roma, se sabe también que los de Tenerife coinciden siempre, pero principalmente en estos dias, en el Santisimo Cristo, que con los brazos abiertos, espera que nos acerquemos a El, en una reunión intima, dentro de su corazón y en otra cordial y animosa en el paseo solemne y triunfal de su venerada imagen, por las calles de La Laguna.
El pregón es un acto tradicional, un aviso renovado, una invitación a algo que es carne y sangre, tanto en la vida del niño que comienza a conocer la ciudad, como en la del viejo, que ve como se le acaban los pasos en la tierra.
Las fiestas que los antepasados laguneros, calificaron de común alegria, están aquí un año más. Sed alegres y las fiestas serán buenas. No las hemos inventado tendrán sus variaciones, porque entre los afanes del hombre está el de modificar, pero existen iguales en su esencia, desde cientos de años.
Y no debemos de olvidar que las fiestas son buenas si La Laguna es mejor y esta ciudad lo será, cuando nosotros la hagamos cada día digna continuadora de la innegable realidad de su pasado.