El Santísimo Cristo de La Laguna levantó en su día grande pasiones y profundos sentimientos en los miles de personas que desbordaron la ciudad, siendo notorio que las principales autoridades presentes, El representante del Rey de España, que este año desempeñó el cargo de Esclavo Mayor Honorario y perpetuo fue el presidente del Ejecutivo autónomo, Adán Martín.

Los actos dieron comienzo, antes de lo previsto en el programa, como eran las 10:00 horas, con la salida del Pendón Real, al que le rindió honores el Ejército.

El Pendón Real fue trasladado a la Concepción en procesión cívico- militar, siendo portado por el concejal del Ayuntamiento de La Laguna D. José Antonio Valbuena, y las borlas las llevaron el concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz D. Juan Manuel Brito Arceo y el Capitán de Caballería D. Felipe Dorta.

El cortejo lo abrió la Banda de Música de Tejina, seguida de la Policía Local de Gala, el Pendón Real, los maceros de Santa Cruz y La Laguna, con las corporaciones de dichas ciudades con sus concejales, presididas por sus alcaldes Dª. Ana Oramas y D. Antonio Bello (en representación de D. Miguel Zerolo), respectivamente. Detrás le siguieron el Cuerpo Consular, representantes del Ejército y la Guardia Civil; el rector de la Universidad de La Laguna, D. Ángel Gutiérrez Navarro; el presidente del Cabildo de Tenerife, D. Ricardo Melchior, con sus consejeros y maceros; el Senador D.José Vicente González Bethencourt; el Subdelegado del Gobierno, D. Carlos González Segura; el presidente de la Audiencia Provincial, D. José Ramón Navarro; el Vicepresidente del Parlamento de Canarias, D. Alfredo Belda; la consejera de Industria, Dª. Marisa Tejedor, y la Viceconsejera de Cultura, Dª. Dulce Pérez. Ya en la Concepción se le unieron la Vicepresidenta del Gobierno canario, Dª. María del Mar Julios, y el Consejero de Presidencia y Justicia, D. José Miguel Ruano.

Detrás los acompañaba una batería de honores compuesta por 81 artilleros, 3 oficiales, un banderín, la banda de música del Mando de Canarias y la escuadra de gastadores de Artillería, formada por los siete soldados que muchos laguneros, colectivos y los portavoces de los grupos políticos del ayuntamiento piden que vuelvan a escoltar a la imagen del Cristo, como era tradición por una promesa de la Batería de Montaña cuando fue a África y regresaron todos con vida.

Por fuera de la iglesia de la Concepción, las autoridades fueron colocadas en línea protocolaria y salió al borde de la plaza el Pendón Real, ante el que desfiló el Ejército con grandes aplausos y ovaciones del público, para tomar posesión frente a las autoridades. Luego se tocó el Himno Nacional al salir de la iglesia la Bandera de España e incorporarse a las tropas.

A las 10:55 horas llegó el representante del Rey, D. Adán Martín, que fue recibido y saludado por la alcaldesa de La Laguna, Dª Ana Oramas, y el General Jefe del Mando Militar de Canarias, D. Emilio Pérez Alamán, y luego se le rindieron honores. El Representante Real y el General Jefe pasaron revista a las tropas, y D. Adán Martín saludó a todas las autoridades y a los miembros de la Esclavitud del Cristo.

Luego, el Esclavo Mayor de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Cristo, D. Juan Luis Maury-Verdugo y García, le entregó el bastón de plata de la Esclavitud a D. Adán Martín, quien se dirigió a la puerta de la Concepción, donde fue recibido por el nuncio del Papa en España, D. Manuel Monteiro de Castro; el Obispo de la Diócesis de Tenerife, D. Bernardo Álvarez, y el Obispo emérito de la citada diócesis, Damián Iguacen Borau.

El Pendón Real fue colocado al lado derecho del altar, en la zona conocida como la del Evangelio. Es de destacar que el nuncio del Papa tomó asiento en el sillón que fue encargado hace un año para la consagración del actual obispo de la Diócesis de Tenerife. También cabe resaltar que, dada la presencia del nuncio, en la torre de la Concepción hondearon dos banderas del Vaticano.

Antes de comenzar la misa concelebrada por el nuncio Manuel Monteiro de Castro y los obispos Bernardo Álvarez y Damián Iguacen, el actual prelado de la Diócesis de Tenerife agradeció la presencia del representante del Papa en España por primera vez en las Fiestas del Cristo, y pidió un aplauso a los fieles presentes para el mismo.

La misa fue cantada por el coro de la parroquia de la Concepción de La Laguna y contó con la presencia de más de 50 sacerdotes de diversas iglesias de La Laguna y del resto de la isla de Tenerife.

El nuncio, en la homilía, recordó a los diferentes Cristos de la Isla y la fe que le tiene el pueblo al de La Laguna, lo que, según dijo, "manifiesta que esta histórica tierra ha entendido muy bien el valor redentor de la pasión, muerte, resurrección y ascensión del Señor". Añadió que la "Cruz de Cristo cura, sana, consuela, da sentido a nuestra cruz de cada día y nos ayuda a caminar hacia la felicidad eterna en la mansión que nuestro Padre celestial nos tiene reservada".

En otro orden de cosas, señaló que "Dios ha creado al hombre y lo ha dotado de libertad pero no correspondió a los designios del Creador. Sin embargo, la misericordia divina es infinita y dispone de caminos insondables para sanar las heridas".

El nuncio consideró que muchos jóvenes y menos jóvenes de hoy no están contentos, no se sienten felices y no consiguen saber para qué están en este mundo, siendo una de las causas de dicho abatimiento el vivir como si Dios no existiera.

El nuncio, hacia el final, dijo que hay más suicidios que muertes en la carretera, debido a que no encuentran sentido a la vida. Por ello explicó que "la felicidad consiste en salir de nosotros mismos y unirnos a Dios y a nuestros hermanos y ayudarles. El egoísmo nos impide ser felices. La Cruz da sentido a la cruz de cada día y nos abre la felicidad en el camino que nos lleva a Dios".

Antes de finalizar la Eucaristía, se leyó una carta de S.S. el Papa Benedicto XVI, a todos los fieles que alli se congregaron y que decía así: "Su Santidad Benedicto XVI saluda con afecto a los miembros de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna y los invita a cultivar intensa y fielmente la amistad con el Señor Jesús a través de la escucha de su Palabra, la oración personal, la participación asidua en la Santa Misa y el generoso ejercicio de la caridad.

Asímismo, el Santo Padre los alienta a cumplir con dedicación y esmero sus deberes personales, familiares y sociales, siendo en todas partes testigos creibles del Evangelio, colaboradores solícitos de la Iglesia, infatigables sembradores de esperanza y preclaros constructores de la civilización del amor.

Con estos sentimientos, e invocando la maternal protección de la Santísima Virgen María, Maestra incomparable en acoger, acompañar y contemplar a su Divino Hijo en todas las circunstancias de la vida, el Sumo Pontifice les imparte la implorada Bendición Apostólica, prenda de copiosos dones celestiales.

Vaticano, 14 de septiembre de 2008. Lo firma Fernando Filoni. Sustituto."

Al finalizar la misa, el Cristo salió en procesión hacia su Real Santuario, adornado el trono con orquídeas. Con todo el cortejo de autoridades citadas, el Pendón Real y la presencia esta vez de una banda de música más, como fue la de Valle de Guerra, la venerada imagen recorrió unas calles con una presencia de gente superior a otros años así como de autoridades, lo que confirió más solemnidad a la procesión. Al llegar al Orfeón La Paz le cantó la coral de dicha sociedad.

En la plaza de San Francisco, ante el Cristo, el representante del Rey y autoridades, desfiló el Ejército, que fue muy aplaudido.