El cartel y el logotipo de la próxima Visita de la imagen de Nuestra Señora de Candelaria a las ciudades de Santa Cruz y La Laguna, con ocasión de la Misión diocesana que conmemora el bicentenario de la creación de la diócesis Nivariense, es de Jesús Marichal, autor tanto del cartel como del logo de la visita de la Virgen de Candelaria a La Laguna y a Santa Cruz, indicó que ambas composiciones están en consonancia, ya que la gama de colores se repite.

CARTEL

La idea central que ha querido transmitir el autor con esta obra es el carácter festivo de la visita. Por este motivo, Marichal optó por la utilización de colores alegres que recuerdan, incluso, a los carteles que se hacían antiguamente para las romerías de San Benito u otras fiestas populares. “Creo que el componente popular, en unos festejos relacionados con la Patrona, tenía que estar presente”, indicó el autor.

Por otro lado, el cartel refleja una dualidad, debido a que la imagen de la Virgen va a visitar dos sitios en esta salida. En la parte inferior, se representa el paso de la Virgen de Candelaria por Santa Cruz de Tenerife, a través de la torre de la iglesia de La Concepción. Según Marichal, el aspecto climatológico de ambas ciudades le influyó a la hora de elegir los colores. En este sentido, la gama empleada para representar a la capital tinerfeña se basa en colores cálidos. Luego, a medida que se asciende, los colores van cambiando para representar a La Laguna. En esta ocasión, Marichal optó por los colores fríos, que además coinciden con los de la bandera de La Laguna.

En la parte izquierda del cartel, se muestra una procesión con el pueblo detrás de la imagen de la Virgen. En la parte superior, podemos ver la torre y la cúpula de La Catedral. No podemos olvidar que esta iniciativa pastoral se realiza en el marco de la Misión diocesana con ocasión del bicentenario de la creación de la diócesis de S. Cristóbal de La Laguna.

En cuanto a la imagen que ocupa la parte central, indicó que quiso desprenderla de adornos. “El manto es de color rojo y aunque parezca muy recargado, no hay nada de oro, exceptuando la corona que se funde con la cúpula de la Catedral. Luego, está el sol que acompaña a la imagen cuando sale en procesión y ahí he colocado unas palabras del Ave María”.

Por otro lado, las dos flores que están en primer plano representan la ofrenda de Santa Cruz y de La Laguna a la Patrona de Canarias.

En cuanto al rostro de la Virgen, el autor expresó que aunque la imagen es más morena, no quiso emplear un contraste demasiado duro en el centro del cartel. “Intenté que se notara claramente que es una imagen. Por eso hay más brillos que en el de un rostro humano. Asimismo, quise reflejar a la imagen tal como es, pero con un toque de dulzura, suavizando un poco el colorido, centrando la atención en esa mirada que se dirige hacia el pueblo que la está esperando”.

Por último, Marichal señaló que la técnica utilizada es una técnica mixta. “He trabajado a base de capas. Por ejemplo, hay una capa de fondo a base de acuarela para tapar el blanco del papel, en las zonas que no me interesaban. Además, hay un trabajo de lápices de colores, lápices acuarelables, rotuladores, etc. En definitiva, una mezcla de técnicas hasta llegar al resultado final”.

LOGO

En cuanto al logo, el autor ha querido realizar una composición sencilla, limpia y simbólica. En la parte superior de la imagen, hay un detalle arquitectónico que representa al pórtico de la Basílica de Candelaria. Según Marichal, este elemento pretende dar a entender que la Virgen sale, emprende el camino, “pero con la paradoja de que la Virgen es también camino, porque Ella nos lleva a Jesús”. En este sentido hay que recordar que el lema del actual Plan Diocesano de Pastoral es, precisamente, en salida misionera.

Al igual que ocurriera con el cartel, en el logo también se puede comprobar una transición de colores, que representa el paso de la Virgen. Dicha transición es de azul a violeta, recordando los colores de las banderas de ambas ciudades. El azul que simboliza a Santa Cruz y el violeta a La Laguna.

La Virgen de Jesús

El palmero Jesús Pérez, licenciado en Bellas Artes y profesor del Benito Pérez Armas, es el autor del cartel de una visita histórica, con motivo del bicentenario de la Diócesis de Tenerife.

Jesús Pérez Marichal, conocido familiarmente como Chucho, hizo de su afición su profesión. Nacido en Los Llanos de Aridane en 1962, se trasladó a La Laguna para cursar Bellas Artes. En la actualidad, imparte clases de dibujo, pintura y fotografía en el Instituto Benito Pérez Armas, en Santa Cruz.

En paralelo, su actividad como cartelista, aunque él se presenta como ilustrador y dibujante. Así define su cartel de la visita extraordinaria de la Virgen de Candelaria a Santa Cruz y La Laguna del 12 al 27 de octubre por el bicentenario de la Diócesis de Tenerife. Antes de recibir el encargo de dar forma y color al cuadro, colaboró unos cinco o seis años en la organización del Congreso Fe y Cultura, bajo la tutela de Lucio González Gorrín, asumiendo la coordinación artística o colaborando con exposiciones o conferencias; eso, al margen de otros carteles más sociales, como los realizados para el Club Náutico, diseños para alfombras del Corpus...

Su buena relación con Jesús Agüín, el delegado episcopal para la visita, facilitó que en marzo, poco antes de la Semana Santa, recibiera el encargo para realizar el cartel, una obra en la que invirtió tres meses, pues lo combinó con su responsabilidad académica. "Cuando Agüín habló conmigo le dije que me hacía un encargo a alguien que pinta. Por lo tanto no busca una fotografía". "Hice un repaso por los carteles de otras peregrinaciones de la Virgen, tanto a Santa Cruz o La Laguna, y vi que eran fotografías con bonitos encuadres, bonita iluminación de la talla de Fernando Estévez, con alguna aplicación de diseño gráfico para incorporar el texto".

El autor del cartel pone un símil musical para explicar lo que le supuso hacer la obra: "La imagen de Fernando Estévez es una partitura que suena diferente en función de quién la toque al piano". De ahí que Jesús Pérez haya plasmado su Virgen de Candelaria, respetando la simbología que considera vital: la candela, el ropaje y el color. "Pero es mi visión de la Virgen. Soy creyente y la plasmo como artista, desde una experiencia de fe. He pintado mi Virgen de Candelaria, con la que me identifico; y para mí se asemeja más con mi madre, no con una talla de madera, sino con una mujer". De ahí, la dulzura de la cara, la protagonista de la obra, con una imagen que luego se decora.

Para Jesús, en la obra no pasa nada por casualidad. "La imagen juega el papel protagonista, en el cetro y con un color llamativo". Incluso revela que hasta la tonalidad del traje que lleva la Virgen fue consensuada con Jesús Agüín. "Muchos identifican la Virgen de Candelaria con el azul celeste, pero la Patrona y el color rojo no se pueden disociar", sentencia.

Junto a la imagen, otro elemento fundamental, la candela, que explica la advocación mariana que presenta a Jesús como luz del mundo. La candela es la llave, comenta el autor de la obra, que "nos lleva al encuentro con su Hijo, como ocurre cada 2 de febrero y el 15 de agosto. En ambos casos, es un camino; es nuestro particular Camino a Santiago. De ahí que, además de la candela, se incluya una imagen de María en camino, una ruta física y espiritual que nos lleva a Jesús. La candela ilumina el camino y ahí aparece su Hijo como una promesa que parece cuando nos ponemos en marcha. Siempre aparece ahí Jesús", añade, de ahí que no se haya pintado el niño, que cada uno acoge en la visita.

Ese "rostro humanizado" de la Virgen es otra de las claves de la obra, "una cara redonda, con expresión materna, como la dulzura de la madre, acogedora... Es más algo espiritual que físico".

Los elementos menos "metafísicos" del cuadro es la incorporación de iconografía de la visita a Santa Cruz -representada por la torre de La Concepción- y a La Laguna -con siluetas de la Catedral-. En el detalle del camino, en la parte superior izquierda, Jesús recrea la imagen grabada de las procesiones, con el paso al frente y la muchedumbre detrás, es una "ascensión", de Santa Cruz a La Laguna, envuelta en el color de las temperaturas cálidas de la capital -representadas con rojos- al frío lagunero -violetas, lilas, azules-. Y en el centro del cuadro reina la Madre, con esa explosión de luz que atesora Candelaria, tanto la plaza, cuando está adornada con banderas por sus fiestas, como la Basílica -a diferencia de los templos de Las Nieves, en La Palma, o la Virgen del Pino, en Teror-, con los murales de José Aguiar. "Candelaria es un sitio luminoso, punto de encuentro de tradición y folklore; referente histórico".

Jesús precisa que la obra, de 50 por 70 centrímetros, está elaborada en acuarela y tintas y es el resultado de un primer boceto que, salvo detalles, no varió la idea original. Ahora la Virgen de Jesús es la Virgen que sale peregrina en el bicentenario de la Diócesis.