El Año Santo Jubilar protagoniza los actos que tienen lugar estos meses en el Santuario de Santísimo Cristo de La Laguna. Este es tan solo uno de los acontecimientos que tienen lugar con motivo del 500 aniversario de la presencia del Cristo en La Laguna y por eso nadie quiere perder la oportunidad de ganar ese privilegio. Por esa razón, y con motivo de la próxima celebración del Día de los Abuelos, que tendrá lugar este mismo jueves, la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna organizó el pasado fin de semana una jornada especial y única para los mayores de la ciudad.
Así, en la mañana del sábado tuvo lugar una jornada de convivencia que dio comienzo a las diez y se prolongó durante varias horas en las que los ancianos fueron los verdaderos protagonistas. Participaron en la actividad varias decenas de personas que residen en la actualidad en el asilo de Hermanos Desamparados del Santísimo Cristo de La Laguna y que, tal y como explicaron los propios esclavos, "el 70% de ellos no cuenta con familiares que los visiten o los acompañen a las actividades que organizamos".
De este modo, los voluntarios ayudaron a los mayores a trasladarse hasta al Santuario donde, a las 10:30 horas, comenzó la celebración de la eucaristía, presidida por el rector del Real Santuario, Daniel Padilla y concelebrada por el capellán del hogar José González y por el reverendo Ramón Padilla. Asimismo, la celebración estuvo amenizada por el coro Sueños de Anaga. Esta misa llenó los banco del recién reabierto Santuario, que abrió sus puertas tras la rehabilitación el pasado mes de marzo, cuando dio comienzo este Año Santo Jubilar.
Una vez que terminó la homilía, se procedió a impartir el sacramento de la unción de enfermos y, de esta manera, los mayores laguneros se ganaron el jubileo decretado por el Papa Francisco, con motivo del quinto centenario de la presencia del Santísimo Cristo de La Laguna en la ciudad. Además, la jornada finalizó con un brindis para los mayores del hogar, que tuvieron la oportunidad de vivir una emotiva jornada, fuera del asilo y en la que ellos fueron los auténticos protagonistas.