El Esclavo Mayor, Francisco González de Aledo Buergo, destacó que han sido restaurados los yugos, los anclajes, los huecos en la piedra de la espadaña y la baranda de hierro, por lo que se podrá repicar ya con seguridad.
El Esclavo Mayor de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Cristo de La Laguna, Francisco González de Aledo Buergo, presenta la restauración de unas campanas que amenazaban con caerse al suelo. Ya en 1999, en un informe se exponía el deterioro del campanario.
Francisco González destacó que "esta actuación ha sido una labor conjunta de toda la junta de gobierno que me honro en presidir".
Explicó que los yugos de madera de tea que sostienen las campanas, que estaban agrietados, han sido perfectamente restaurados; los herrajes deteriorados lucen ahora nuevos, y los huecos en la piedra de la espadaña que estaban deteriorados, han sido arreglados y tratados con resinas especiales utilizadas en procesos de restauración.
Con todo ello, como dijo el Esclavo Mayor, el Real Santuario de San Francisco podrá repicar en las próximas fiestas del Cristo de La Laguna con toda las garantías de seguridad para los miles de fieles que entran en el templo. Añadió que aprovechó la ocasión para reparar la baranda del campanario, que estaba oxidada y ha quedado en óptimas condiciones.
La sensibilidad y la rápida actuación del actual Esclavo Mayor ha solucionado el problema que nadie afrontó en estos últimos años, concretamente desde 1999, en que la junta de gobierno de la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna pidió un informe al arquitecto Sebastián Matías Delgado Campos sobre el acceso al campanario del Real Santuario de la citada imagen, en el que decía que el estado era "deficientísimo".
Con respecto a aquel informe que quedó en el olvido, en una de sus páginas el arquitecto atribuyó el mal estado de conservación al paso del tiempo, y precisó que se ha "agravado por un inexistente mantenimiento y la ausencia de tratamientos protectores".
El Esclavo Mayor comprobó, al examinar los yugos de las campanas, a través de fotos logradas con teleobjetivos de gran alcance, que una presentaba tres grietas profundas a lo largo de dicho elemento de madera. Los herrajes se encontraban oxidados y en la campana derecha, mirando el santuario de frente, se observó que los herrajes se habían desplazado y que uno de los lados del yugo estaba cogido con cadenas, por lo que la campana estaba desnivelada.
La historia del problema del campanario se inicia por una solicitud de la actual Esclavitud del Cristo a Patrimonio del Cabildo de Tenerife para que examinara el estado de conservación de la espadaña del santuario, dentro de su interés de mantener la iglesia por ser un elemento de valor patrimonial declarado Bien de Interés Cultural.
En febrero del presente año, los técnicos del Cabildo inspeccionaron la espadaña y emitieron un informe en el que destacaban que había que acotar una zona de seguridad debajo mismo de las campanas y arreglarlas, lo que comunicará hoy el Esclavo Mayor que ya se ha hecho al Cabildo y al Ayuntamiento de La Laguna.