El presidente del Cabildo, por su parte, entregó al obispo las llaves del templo, el cual hizo lo propio con el Rector y el Esclavo mayor. A continuación, el prelado nivariense, abrió la puerta de la Misericordia que s
eñala este tiempo Santo, la cual atravesó la imagen ante el regocijo de los presentes.
Tras las alocuciones, el Rector del Santuario, Daniel Padilla, leía el decreto de la Penitenciaría Apostólica de la Sede Apostólica concediendo un Año Jubilar al conmemorarse el V centenario de la presencia de la imagen del Cristo de La Laguna, que decía así:
Prot. N. 18/18/I
D E C R E T O LA PENITENCIARÍA APOSTÓLICA,
para fomentar la religiosidad de los fieles y la salvación de las almas, en virtud de las facultades que le han sido otorgadas especialísimamente por el santísimo en Cristo Padre y Señor nuestro Francisco, por la Divina Providencia Papa, atendida la solicitud presentada anteriormente por el Excmo. Señor Bernardo Álvarez Afonso, Obispo de san Cristóbal de La Laguna, con ocasión de las solemnes celebraciones en honor del Santísimo Cristo de La Laguna, que tendrán lugar desde el día 3 de febrero de 2018 hasta el día 3 de febrero de 2019, de los celestes tesoros de la Iglesia concede benignamente INDULGENCIA PLENARIA, que pueden ganar una vez los fieles cristianos, pudiendo aplicarla a modo de sufragio por las almas del Purgatorio, en el día en que, sinceramente arrepentidos e impulsados por la virtud de la caridad, cumplidas debidamente las condiciones acostumbradas [Confesión sacramental, Comunión eucarística y Oración por las intenciones del Sumo Pontífice], en grupo o individualmente, visitaren el Santuario Nivariense del Santísimo Cristo de La Laguna, participando devotamente en alguna celebración sagrada o, al menos, ante la imagen del Santísimo Cristo de La Laguna expuesta a la veneración pública, dedicaren un prudente espacio de tiempo a alguna meditación piadosa, finalizando con el rezo del Padrenuestro, el Credo, e invocando a nuestro Señor Jesucristo Crucificado y a la Bienaventurada Virgen Dolorosa. Los ancianos, enfermos y todos los que por causa grave no puedan salir de su casa, podrán ganar Indulgencia plenaria si, con el ánimo libre de todo afecto de pecado y con la intención de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres acostumbradas condiciones, se unen espiritualmente a alguna celebración, ofreciendo sus oraciones, sufrimientos y las molestias de la propia vida al Dios Misericordioso. Además, para que la obtención del perdón divino mediante el poder de la Iglesia se haga más fácil como expresión de la caridad pastoral, esta Penitenciaría ruega vivamente que el Rector y los sacerdotes, debidamente facultados para oír confesiones, se ofrezcan con ánimo pronto y generoso a celebrar el Sacramento de la Penitencia. Esta concesión sólo es válida para esta ocasión. Sin que obste ninguna otra disposición en contario. Dado en Roma, en la sede de la Penitenciaría Apostólica, el día 9 del mes de enero del año del Señor 2018.
A continuación, el Rector del Real Santuario procede a recitar el rito de la bendición de la puerta de la Misericordia (engalanada con un arco de flores):
El rito de apertura de la Puerta Santa reemplaza los ritos iniciales de la celebración eucarística. La celebración se inicia en el exterior del Templo, estando la Puerta Santa cerrada y debidamente decorada.
Quien preside, revestido con las vestimentas de color morado, acoge a los feligreses con palabras de bienvenida.
Saludo El que preside inicia la celebración:
P: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. R: Amén
Diálogo
P: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que antes de la creación del mundo, eligió a María, siempre virgen, para ser la madre de su Hijo.
El coro: Alabe todo el mundo, alabe al Señor, Alabe todo el mundo, alabe a nuestro Dios.
P: Bendito sea nuestro Señor Jesucristo, nacido de la Virgen María, nuestra paz y víctima de expiación por nuestros pecados.
El coro: Alabe todo el mundo, alabe al Señor, Alabe todo el mundo, alabe a 4 Año Santo de la Misericordia
P: Bendito sea el Espíritu Consolador, quien fecundó el vientre de la Virgen María, para que naciese el Santo de Dios, el Príncipe de la paz.
El coro: Alabe todo el mundo, alabe al Señor, Alabe todo el mundo, alabe a nuestro Dios.
P: Y la paz del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo sea con todos ustedes.
R: Y con tu espíritu.
Monición
P: Hermanas y hermanos: La Iglesia peregrina en la historia hacia la eternidad. Entremos, con la esperanza de este tiempo de Adviento, en el tiempo de misericordia convocado por el Papa Francisco, traspasando esta puerta que es Cristo, rostro misericordioso del Padre, para dejarnos reconciliar con Dios y ser sus discípulos. Somos convocados para renovar la fe, la esperanza y el amor, implorando al único mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo. Por intercesión de la Virgen María, don supremo de la misericordia, nos introducimos hoy en un tiempo de perdón y de misericordia. Hoy vamos a abrir esta Puerta Santa para recibir la misericordia de Dios y ser así una Iglesia samaritana, medicina de misericordia, antorcha de la verdad y promotora de la caridad; impulsada a comunicar el afecto de Dios al mundo, ofreciendo un mensaje de esperanza, sirviendo al hombre y a la mujer en sus necesidades.
Rito de Apertura Año Santo Jubilar
Salmo 23 Ant. ¡Portones, alzad los dinteles, levántese puertas eternas: va a entrar el Rey de la gloria!
¿Quién es el Rey de la gloria?
Es el Señor, héroe valeroso. Es el Señor, el fuerte y valiente. Él es el rey de la gloria.
El sacerdote golpea de nuevo las puertas. A continuación dice:
P: Mira, Jerusalén, está escrito que todos vendrán a ti, y que todas las naciones subirán al monte del Señor, al santuario del Dios de Jacob. ¡Alégrate, Jerusalén, porque el pueblo santo de Dios avanza hacia ti, él entra ahora dentro de tus muros!
El que preside empuja y así abre las puertas de la Iglesia.
El presidente del Cabildo, por su parte, entregó al obispo las lleves del templo, el cual hizo lo propio con el Rector y el Esclavo mayor. A continuación, el prelado nivariense, abrió la puerta de la Misericordia que señala este tiempo Santo, la cual atravesó la imagen ante el regocijo de los presentes.
Procesión
La asamblea atraviesa la Puerta Santa y entra a la Iglesia, al final el sacerdote con la cruz procesional. A medida que van entrando, hacen la señal de la cruz con el agua bendita que se encuentra en recipientes.
El ingreso es acompañado por el coro que entona las letanías de los santos u otro canto apropiado (Jerusalén; Señor, ¿quién entrará?).
Oración Colecta Al llegar al presbiterio, el sacerdote se dirige directamente a la Sede y con las manos extendidas dice Oremos y reza la oración colecta del Domingo IV de Adviento.
Rito de Apertura Puerta Santa
P: Oremos. Dios y Padre nuestro, que acompañas bondadosamente a tu pueblo en la fiel espera del nacimiento de tu Hijo, concédenos festejar con alegría su venida y alcanzar el gozo que nos da su salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
La misa continúa como de costumbre.