La imagen del primer tapiz que se elaboró con motivo de las Fiestas del Cristo en 2007 permaneció inalterable al paso del trono y al tránsito de la muchedumbre. Ahora, el profesor Carlos Silva ha desvelado que recogió las arenas del cuerpo de la venerada imagen y quiere colocarlas en cápsulas de cristal y plata.
El domingo 9 de septiembre de 2007, con motivo de las Fiestas del Cristo, fue la primera vez en la historia de La Laguna que se hizo una alfombra con arenas de colores del Teide delante del Real Santuario del Cristo de La Laguna, y se tituló la noticia como que el gran volcán tinerfeño se arrodilló ante la citada y venerada imagen a través de los materiales con los que fue hecho el gran tapiz.
Hasta aquí todo parece normal, e incluso alguien podría pensar que estamos repitiendo una noticia que se queda en segundo lugar sobre lo que sucedió después de que la procesión del Crucificado moreno pasara sobre su imagen reflejada en la artística alfombra que hizo Ezequiel de León hijo.
Las finas arenas, ante la mano sin igual de Ezequiel de León, que dio vida a la imagen del Cristo que pintó en 1957 Enrique Sánchez González del Valle, soportaron el peso de las cuatro ruedas del trono y las pisadas de quienes iban de-bajo del mismo, de fieles y hasta autoridades, aunque hubo una, el teniente general jefe del Mando de Canarias, José Luis Vega Alba, que salió de la posición protocolaria y fue incapaz, como otros, de pisar al Señor de La Laguna del que había recibido por la mañana la Medalla de la Esclavitud.
Todo el público se fue detrás del Cristo hasta la iglesia de La Concepción, donde empezó el quinario, pero fue más tarde cuando la gente, al acudir al santuario, observó con gran admiración que la imagen del Crucificado de la alfombra no había sufrido deterioro ninguno, por lo cual permaneció expuesta hasta ya entrada la noche.
Aquella alfombra, por fortuna, no fue presa del servicio de limpieza municipal, y ello fue aprovechado por una persona, como es Carlos Silva, que, cuando ya no había nadie, recogió el 80% de las arenas de colores del tapiz y las fue depositando en bolsas según la parte del cuerpo de la imagen de la que provenía. Las que recogió con todo el amor de su corazón fue la de la herida de su costado y la de su rostro.
Las cápsulas de cristal
¿Qué es lo que pretendía Carlos Silva? Pues bien, dado que consideró que las arenas de la alfombra estaban ligadas a un hecho que forma parte ya del acontecer histórico de La Laguna y de Tenerife, su objetivo es depositarlas, con la ayuda de los organismo oficiales correspondientes, en unas cápsulas de cristal con adornos de plata, y que se guarden como preciados tesoros en el museo de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, en la capilla de la familia Salazar, que será recuperada con motivo de la reconstrucción del Obispado y en un lugar especial de La Orotava, ya que su alcalde, Isaac Valencia, apoyó en su día el proyecto de la alfombra presentado por el Esclavo Mayor del Crucificado Moreno del año pasado, Emilio La Roche Machado.
Ezequiel de León dijo que ponía "en la alfombra todo mi arte y mi fe y hasta siento que el Cristo me vigila. Por eso le pido que me permita hacer un buen trabajo y dé salud a todos, pero especialmente a mi padre".
El esclavo mayor, Emilio La Roche, destacó que "el Cristo con su mirada llega a lo más hondo del corazón. Igual que nos perdonó a todos, en la actualidad hay que seguir con su ejemplo y, con humildad, perdonar todas las desavenencias y ofensas que nuestros hermanos en la fe nos hayan producido. Debemos velar por el amor al Cristo y potenciar este sentimiento junto con el respeto y la emoción que tantos laguneros y tinerfeños tienen por la venerada imagen. Debemos fomentar la práctica de las virtudes cristianas y ejercitar la caridad".
El obispo, Bernardo Álvarez, señaló que "el Cristo no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos. Es el alfa y la omega, el principio y el fin de todo. Que sea expresión de nuestra voluntad de no hacer sufrir a nadie con nuestra conducta y compromiso para ayudar a llevar su cruz a quienes nos necesitan".
Quizá ante tan relevantes mensajes, el Cristo de La Laguna quiso que su imagen se mantuviera inalterable en la alfombra para dar a entender, como dijo el obispo, en el programa de la Esclavitud, que "Él es el único camino que debemos seguir".
Este mismo día comenzó con una Celebración Eucarística presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis D. Bernardo Álvarez. Asistieron a dicha celebración la Sra. Alcaldesa Dª. Ana María Oramas, el Sr. Alcalde de la Villa de la Orotava D. Isaac Valencia, Dª. Julia Dorta, Concejala de Fiestas del Ayuntamiento de La Laguna y el Sr. Presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna, D. Juan Antonio Pérez.
Concluida la homilía del Sr. Obispo, se procedió a la Bendición de las nuevas Medallas y la Imposición de las mismas a los nuevos Señores Esclavos, entre los que se encontraba el Teniente General Jefe del Mando de Canarias, Excmo. Sr. D. José Luis Vega Alba.
Por la tarde a las 18:30 horas, la Venerada Imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, fue traslada a la Santa Iglesia Catedral (Parroquia de la Concepción), para dar comienzo al solemne Quinario.
A la salida de su Real Santuario y después de oír los sones del Himno Nacional, el trono del Cristo pasó por encima de la Alfombra que habían elaborado los artesanos de la Villa de La Orotava, a continuación siguió la procesión por el trayecto acostumbrado hasta llegar a la calle de San Agustín, ya que este año al estar la calle de la Carrera en obras, fue imposible recorrer ese tramo.
La procesión fue muy concurrida por numerosos esclavos, autoridades civiles, en la que destacamos la del Sr. Alcalde de la Villa de La Orotava, y Autoridades Militares,
También estuvo presente la Unidad de Música de la Subinspección del Mando de Canarias y la Banda de Guerra nº 2 de la Jefatura de Tropas de Canarias.
Al llegar el Santísimo Cristo a la Catedral, fue recibido por el Cabildo, presidido por su Deán D. Julián de Armas, dando así comienzo el Quinario, presidido hasta el día 11 por el Sr. Obispo, D. Bernardo Álvarez y a partir del día 12 y hasta el 14 por el Excmo. Rvdmo. Sr. D. Antonio-Ángel Algora Hernando Obispo-Prior de Ciudad Real.