Pregón es una palabra que se refiere a una proclama que se pronuncia públicamente para que la mayor cantidad de gente posible tome conocimiento de la información difundida. Los pregones eran muy importantes en la antigüedad, cuando no existían medios de comunicación masiva.

A través de un pregón, era posible anunciar una oferta comercial o cualquier otra novedad. Este tipo de notificación hecha a viva voz también se empleaba para dar comienzo a un evento. Con el tiempo, los pregones empezaron a incluir un acompañamiento musical.

La desaparición de los pregones tuvo que ver con la aparición de diversos medios de comunicación como la televisión o la radio. Estos dispositivos hacen que la difusión de una noticia sea mucho más sencilla, por lo que el mensaje puede llegar a gente que está ubicada a gran distancia geográfica. Para tomar conocimiento de un pregón, en cambio, había que estar cerca del pregonero (quien lo pronunciaba).

Otra cuestión vinculada al declive del pregón fue el crecimiento de las ciudades y de la cantidad de habitantes. Que se pronuncie un pregón en una plaza pública dejó de garantizar que la mayoría de la gente se entere de la novedad, como sí ocurría hace un siglo.

Actualmente en países como España se mantiene ese tipo de pregón. En concreto, es habitual que cuando se van a realizar las fiestas de una ciudad (Fiestas en honor al Stmo. Cristo de La Laguna) o pueblo, se invite a un personaje ilustre para que dé un pregón. Con ese “discurso” no sólo se inaugurará la programación de actividades organizada sino que además se procederá a ensalzar ese evento y se animará a los vecinos y a los visitantes a que disfruten de estos días de asueto.

Lo habitual es que el pregón sea dado por algún residente o natural de la urbe que haya destacado en algún sector profesional concreto, ya sea el deporte, la cultura o la política. No obstante, también es habitual que aquel sea realizado por algún famoso que, por unas u otras circunstancias, mantenga una especial relación con esa población.

En la actualidad, rescatando el espíritu y la esencia de los antiguos pregones, varios diarios de diversas partes del mundo se conocen como Pregón. Ese es el caso de publicaciones como Pregón de Apurímac (Perú) o Pregón de San Salvador de Jujuy (Argentina), El Pregón de la Semana Santa, EL Pregon de la Romeria Regional de San Benito Abad, entre otras.

Pero centrémonos en el Pregón de la Semana Santa de La Laguna. Este pregón esta organizado por la Junta de Hermandades de La Laguna y es el acto en la que se pregrona la Semana Mayor de La Laguna que comienza el Viernes de Dolores y termina el Domingo de Resurreción 10 días intensos en la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurreción de Ntro. Sr. Jesucristo.

El Real Santuario del Cristo de La Laguna acogió por primera vez en su historia la lectura del pregón de la Semana Santa de la ciudad de Aguere, acto que estuvo a cargo del abogado y ex-presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías Domingo José Hernández Yanes.

El acto dió comienzo a las 20:30 horas con la salutación de bienvenida y presentación del pregonero por parte de José Mayer Trujillo.

Domingo Hernández Yanes, hombre muy vinculado a la Iglesia, canaliza su fe, entre otras cosas, con su pertenencia a la Cofradía Penitencial de la Misericordia y a la Esclavitud del Cristo de La Laguna.

Cuando terminó su pregón, que tituló "Nostalgias del ayer", Domingo Hernández Yanes recibió la medalla de la Junta de Hermandades y Cofradías.

Acto seguido tuvo lugar un concierto del Orfeón La Paz de La Laguna, que para esta ocasión el siguiente repertorio: "Christus factus est", de Javier Busto; "Ave María", de Tomás Luis de Victoria; "Tenebrae factae sunt", de Tomás Luis de Victoria; "Pater noster", de Albert de Klerk; "Señor, me cansa la vida", de J. D. Alfonso y Antonio Machado; "Tosca. E lucevan le stelle", de Giacomo Puccini con arreglos de Juan Ramón Vinagre, y "Kyrie", de Piotr Janczak.

Terminado el concierto tomó la palabra el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías, D. Juan Antonio Pérez Gómez, quien le dió la palabra para clausurar el acto al obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez.