Con el Domingo de Ramos, empieza la Semana Mayor de la Ciudad de La Laguna, que culminará con los días fuertes del Triduo Pascual.

En la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios acogió este 28 de marzo la celebración del Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa. El obispo nivariense, Bernardo Álvarez, presidió la Eucaristía en un templo al 33 % de aforo y con todas las medidas de seguridad y sanitarias vigentes.

En este sentido, en la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén en el principal templo de la Diócesis, se optó por entrada simple. No hubo reparto de palmas y olivos, y solo se bendijo la palma que portó el prelado. 

La celebración contó con la presencia del alcalde de La Laguna, D. Luis Yeray Gutiérrez, varios miembros de la corporación municipal y el Comité Ejecutivo de la Junta de Hermandades y Cofradías de la ciudad.

Monseñor Álvarez centró su homilía en la idea de ser protagonistas de estos días santos. En palabras de San Ignacio de Loyola, vivir la Semana Santa, “como si presente me hallare”. “No se trata de recordar lo que hizo Jesucristo —añadió el obispo—, sino celebrar que lo que hizo fue por nuestra salvación. Como Pedro, necesitamos que el Señor nos mire con cariño y nos dé la gracia de arrepentirnos. Esto que celebramos no es una representación, es una realidad”.

El prelado nivariense invitó a todos los feligreses a adentrarse estos días en el misterio de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo de forma activa: “Leamos estos días la Palabra de Dios como si estuviéramos allí contemplando lo que está sucediendo. Quizás, en estos momentos, podemos ser Judas, Pedro o uno de aquellos que insultaban a Jesús. Pero también podemos ponernos en el lugar de los que sufren como María. Debemos trasladar nuestra mente y nuestro corazón y dejar que la luz nos ilumine por dentro”.

En el Real Santuario los actos comenzaron al mismo tiempo que en la S.I. Catedral, el templo se encontraba al 33 % de aforo y con todas las medidas de seguridad y sanitarias vigentes.

La celebración fue presidida por el Ilmo. Sr. D. Víctor Álvarez, Rector del Real Santuario y contó con la presencia del Coronel de Artillería y su ayudante, así como la Junta de Gobierno de la Esclavitud y miembros de la misma encabezada por su Esclavo Mayor.